EL PARTIDO EN CLAVE:
2. EL BAYERN IGUALA FUERZAS DESDE LO FÍSICO: Sin embargo, los germanos se pusieron las pilas y empezaron a demostrar el enorme físico que atesoran, sometiendo al Madrid y obligándole a utilizar todo su talento. Además, en ataque continuaban con el buen tino del primer periodo, aprovechándose del buen hacer en la zona de John Bryant en la zona y de Renfroe desde el exterior. El Madrid había recibido un golpe de efecto tremendo, y es que la pujanza del Bayern le llevó a dar un paso atrás en cuanto a su velocidad y libertad ofensiva.
3. UN AGUJERO DEFENSIVO: Tras el descanso llegó el peor Madrid; perdidos en el cuerpo a cuerpo ante el físico alemán, los blancos no sólo se habían encontrado un muro, sino que estaban sufriendo auténticos achaques defensivos. El Bayern supo aprovecharon bien sus oportunidades y comenzaron a brillar en ataque gracias a su enorme acierto desde la línea en el triple. Djedovic y el ex madridista, KC Rivers, estaban con la muñeca lo suficientemente caliente como para colocar a los visitantes hasta diez puntos arriba en el marcador.
4. SANGRE, SUDOR Y CARROLL: El Bayern continuaba jugando un baloncesto bastante duro, algo que llevó al público del Barclaycard Center a enfadarse con los árbitros. A pesar de todo, el Madrid remontó por bemoles el encuentro. Con la igualdad máxima, una canasta de Ayón ponía al Madrid dos arriba después de muchísimo tiempo, pero un triple de Renfroe tras una mala defensa de Taylor devolvía todo a su cauce. Laso pidió tiempo muerto y el Real Madrid cuajó una jugada que acabó con un triplazo de Carroll que le iba a dar la victoria a los blancos.
Este es el triple victorioso de Carrol (Vine de Aaron Morales):
5. EL BIG THREE DE SIEMPRE FUNCIONA: Está claro que el Real Madrid es un equipazo con todas las de la ley, pero sus tres hombres importantes de siempre, sin contar con el Chacho, volvieron a brillar para llevar a los blancos a la victoria. Reyes, Rudy y Llull fueron capaces de compenetrarse para anotar 58 puntos entres los tres, siendo piezas claves para que los blancos sobrevivieran a su mala defensa y al derroche físico teutón. El triple de la victoria fue obra de Carroll, pero está claro que sin el carácter de este tridente este Madrid no sería el mismo.