Bostón y California. Barcelona y Baskonia. O lo que es lo mismo, la Liga Endesa y la Euroliga. Unas premisas iniciales de partida marcadas por las clasificaciones y las calculadoras, por las lesiones locales y por las necesidades visitantes que hacen buenas las analogías cinéfilas para definir las direcciones y las rutas, los objetivos y las brújulas que tenían cada uno de los equipos que se enfrentaban en la penúltima noche europea de este año en el Palau.
De ahí que los quintetos inicales sonaran un poco rarunos con gente como Jackson, Vildoza o Garino de inicio. Le sentaba mejor ese quinteto a los visitantes que marcaban un 5-10 de ventaja después de cinco minutos y peticiones de libertad. Un motivado Pressey hacía cinco puntos seguidos para igualar a 12 unas cuantas posesiones después, con el poco poblado Palau dedicado a otros aplausos y gritos. Feo y errático inicio de partido para llegar a la primera pausa en paridad máxima a 16.
El segundo triple de Koponen para diez puntos frenaba el amago de escapada visitante en las medianías del primer tiempo y un dribbling de los de abrir bocas de Edwin Jackson empataba a 27 la cosa. Se venían los aciertos y los ataques fluidos para mejorar la cadencia de canastas, aunque siempre con el Baskonia de un cuasi inmaculado Voigtmann por delante. Un dificílismo tiro sobre la bocina del escolta finés cerraba el descanso en 40-43 con unas sensaciones mucho más agradables para el espectador, que no para Pedro Martínez.
.@KoponenPetteri beats the half-time buzzer from the corner #7DAYSMagicMomentpic.twitter.com/dL9YN8OIkK
— EuroLeague (@EuroLeague) 23 de marzo de 2018
Más aún cuando Pierre Oriola ponía por primera vez por delante a su equipo en el albor de la segunda parte (48-45 min. 23). Espabilaban los baskonistas para recuperar la delantera en el marcador y el ritmo californiano de su destino inmediato, ya con jugadores de peso sobre la cancha, como el elegante Beaubois y sus eslalons o el desequilibrante Shengelia y sus puntos. Con aquellos atributos y algún regalo local se llegaba a la última pausa con todavía los rumbos por decidir y un 58-63 visitante.
Bajaban ángulos de gravedad detrás los de blanco para abrir la primera distancia seria justo al inicio del último cuarto (58-68 min. 31) con un acrobático 2+1 de Poirier. Un triple de Tima dejaba el parcial abierto en 0-10 cuando Pesic tenía que mandar a parar ante el desvío del destino de esta nueva intrascendencia de blaugrana. Por fin, después de cuatro minutos y medio sin anotar, Oriola paraba el parcial definitivo de 0-14 vitoriano para dejar cinco minutos finales en 63-77. Se desinflaba el Barça que no conseguía sostener el nivel físico del Baskonia de último cuarto que además repartía puntos delante entre sus figuras para rozar la veintena de ventaja (65-84 min. 37). Acababa la ruta de ambos con Koponen marcándose un 5/5 en triples para dejar el tanteo final en 73-86 con su equipo pensando en la Liga Endesa y con Baskonia metido de lleno en la lucha por seguir pinchando en una Euroliga que acaricia. Una cuestión de objetivos, de brújulas, de direcciones y de rutas. Con unos hacia Boston y otros hacia California.
1 Tres cuartos en las afueras: llegaba este diezmado y cansado Barça Lassa al final del tercer cuarto con el partido entre las manos y un ejercicio de goma ciclista durante los primeros treinta minutos. Nada que pudiera soportar el arreón físico de un Baskonia decidido a encarrilar su pase a cuartos de final en la controvertida noche barcelonesa. Un parcial definitivo de 0-14 en los minutos del 30 al 35 sentenciaba la cosa y marcaba las rutas. Ahogaban los de Pedro Martínez las pocas armas ofensivas locales de hoy para estirarse casi hasta la veintena y cerrar el partido cómodamente, con un parcial final de 15-23 con sesión de maquillaje final. Hasta que decidió ir a por el partido desde detrás, Baskonia vivió hoy tres cuartos en las afueras.
2 El camino de Santiago: con todo quebrado desde hace ya varias fechas en las noches europeas y una ristra de lesiones importantes que cuidar, Pesic ordenaba jugadores de menos peso en una suerte de entrenamientos en que se ha convertido casi media Euroliga para este Barça Lassa de 2018. Así y casi sin presencia de pívots por el banquillo local, hacían un meritorio ejercicio de aguante ante un Baskonia con mucho más en juego sobre el parqué del Palau. Koponen y Oriola aceptaban el envite de su jefe para mantener el físico y los puntos hasta que el propio devenir del partido dijo basta. Con el reojo puesto en la competición doméstica y la suma insolente de minutos en este mes de marzo, todo el Barça ponía la vista en los masajes postpartido para iniciar el domingo su propio camino de Santiago.
3 Loving Voigtmann: el mejor pivot pasador de la plantilla vitoriana parece que despierta por fin, poco a poco, de ese letargo de base blanco tirador encerrado en un cuerpo de 2,11 en el que se siente obligado a jugarse las castañas debajo, pero del que parece siempre rehuir para deleitar con su muñequita linda y sus pases sin mirar. Hoy, vimos también algo de ese base, pero mucho de contundencia en forma de mates y rebotes. Un jugador al que siempre se le exige por su calidad y poco se le ama por su habilidad. Amando a Voigtmann.

