Todavía recuperando las sensaciones de la vuelta a la rutina justo después de la Pascua, las monas y esos difícilmente explicables sucesos de resurrección, llegaba el Barça Lassa por fin al particular padecimiento que le ha supuesto la Euroliga en este "fracasado" año, si hacemos caso, claro, a las palabras de su máximo responsable. Un martirio en forma de derrotas y un fuera de cobertura clasificatoria temprano que precipitara cambios y trajera, de nuevo, sonrisas al Palau. Toda un revolcón con los que aliviar calvarios.
Para iniciar el triste epílogo, se organizaba un nuevo concurso de triples persiguiendo los records de Estambul, con el recuperado Navarro para un 11-6 de inicio. Un 3+1 de Heurtel hacía enfadar al técnico del único que algo se jugaba en la noche de hoy, ya que pintaba bombardeo de nuevo (17-8 min. 5). Si la partida contra Efes opositaba a la pachanga del año, este primer cuarto ganaba todas las consultas para un 12/19 en TC y 6/9 en T3 blaugrana. Pura actividad defensiva rusa.
Dos triples de Koponen (el segundo espectacular) y la primera de Oriola apuntaban ya escapada definitiva para un 39-21 con sólo once minutos de juego. Parecía no importarle rival en cuartos a los de Bartzokas que perseguían pies y perdían close outs para seguir recibiendo puntos a mansalva. Un 2+1 a sus anchas del ala-pivot de Tárrega ponía ya +20 con sólo 13 minutos jugados (45-25). Nos gustan los derbis rusos, pensarían los de amarillo...
Despertaba finalmente Khimki con un parcial de 0-13 con el que evitar tempranas deshonras y humillantes marcadores, con cuatro triples de Jenkins, mientras se esperaba por la gran estrella rusa. Rompía por fin el hueco en el acta Heurtel para hacer su tercer triple sin fallo y Anthony Gill hacía la media parte perfecta para 15 puntos sin yerros y dejar la pausa larga en 54-45, esperando a que comparecieran las defensas al partido.
One end to the other at @FCBbasket@KoponenPetteri beats the buzzer against his former team.#7DAYSMagicMomentpic.twitter.com/pwdkQBt25x
— EuroLeague (@EuroLeague) 5 de abril de 2018
"It looks like an exhibition game" largaba al micrófono a pie de pista el ex técnico blaugrana, hoy rival, reproduciendo mensajes que seguro habría gruñido hasta la saciedad en las cabinas de descanso. Y pareciera que le hacían caso sus jugadores con un 0-5 de parcial que les ponían a dos posesiones de distancia (57-53 min. 22). Se ajustaba la partida, pero no dejaban de ser flácidas las defensas, con infinidad de lanzamientos de alto porcentaje y espacios interminables para el tiro exterior, como los que aprovechaba Navarro para hacer su cuarto triple. El decimoquinto de los locales de la mano de Pau Ribas recuperaba ventajas más holgadas, sin todavía noticias de Shved por el Palau y dejaba el cuarto de despedida europea en 72-66 local.
Descontaba la cuenta de los records Ribas y hacía la del palomero Hanga para irse de nuevo a los dos dígitos de ventaja los de casa. Se deshacían los minutos sin novedades significativas hasta que Navarro, en un ejercicio quizás de nostalgia europea, hiciera su triple desde la esquina para poner un 84-70 a cinco minutos del final. Gill proponía su enésimo esfuerzo para superar la veintena particular, pero ya no le daba a su equipo para evitar al coco CSKA en el play off. Aparecía finalmente Shved en el Palau en el último minuto de partido para clavar una de sus típicas canastas y sembrar tardías inquietudes que, sin más tiempo con el que jugar, en eso se quedaban (86-82).
Culminaba su suplicio este Barça Lassa por Europa con un balance final de 11-19 y la sensación de poder haber visto los últimos minutos de Juan Carlos Navarro en una Euroliga que llegara a dominar y ganar en dos ocasiones, haciendo además 17 puntos como máximo anotador del epílogo blaugrana. Eso sí que es un calvario.
1 Soy leyenda: los poco más de 4.000 aficionados que se subieron al monte de Les Corts para contemplar el último acto de la Pasión Europea del Barça Lassa 17/18 se llevaron, quizás, la propina de ver los últimos minutos de La Leyenda en la más noble competición continental. Y bastante bien que se lo agradeció Juan Carlos, haciendo 17 puntos y 5 triples jugando casi 24 minutos y saliendo de inicio, en un claro guiño del gestor del banquillo ante uno de los mejores jugadores que el serbio de Novi Sad haya entrenado. Celebraba aquel triple desde la esquina el de Sant Feliu, sabedor quizás de esa triste condición y de todo el baloncesto que le gustaría seguir teniendo, a pesar de las circunstancias de su cuerpo. Sin saber todavía respuestas, Navarro deja la Euroliga por este año como máximo anotador de su equipo en el partido. Como lo hacen las leyendas, vamos.
2 Sin noticias de Shved: quien no haya visto el partido y se aferre a las estadísticas para analizarlo pensará que ni tan mal le fue a la estrella rusa por el Palau. Sin embargo, su horrible carta de tiro y la nula incidencia positiva de sus acciones hicieron que el peso ofensivo de su equipo hoy lo asumiera un cuasi perfecto Anthony Gill y una racha inmaculada de Charles Jenkins. Sólo el maquillaje final desde la línea y sus pases de canasta dieron réditos de renombre al de opulentos salarios, siempre bien controlado desde el 1x1 por los exteriores blaugranas. Hoy, las exclusivas y las últimas noticias nunca hablaron de Shved.
3 Una suerte de exhibiton game: se quejaba amargamente Bartzokas de la ausencia de su sistema defensivo cuando le pusieron un micrófono al descanso, ansioso por evitar despiadados cruces, ahora que por fin ha hecho historia para su equipo, clasificándolo por primera vez para la post temporada de Euroliga. No le hacían mucho caso sus jugadores, permitiendo hasta 17 triples de color blau y grana con un casi 50% de acierto local. Cuando por fin se decidieron a endurecer la contienda, el desajuste en el rebote y en el marcador era tal que aquello ya no tenía arreglo. Finalmente, el partido no ganaría el premio a la mayor pachanga jamás jugada en Euroliga, pero poco le faltó para convertirse en un exhibition game.

