¿A qué huelen los sueños? ¿Hacia dónde parten cuando se convierten en anhelo? Y cuando duermen en nuestra alma; ¿qué hacen hasta que se convierten en realidad?
Todavía se escuchan los ecos de la victoria en el Sinan Erdem Dome de Estambul donde el Fenerbahce se ha proclamado ganador de la Euroleague 2016-17.
Fenerbahce tenía un sueño que cumplir en la presente Euroleague. Ese deseo se había convertido casi en una obsesión después de dos intentos fallidos en otras dos Final Four consecutivas.
Estambul era el marco perfecto para que este anhelo se hiciera realidad. Y Obradovic tenía un mandato que cumplir. Ese imperativo no era nuevo para él, pero el objetivo a cumplir era de esos importantes que pocas veces nos encontramos en el camino de nuestra vida: hacer del Fenerbahce, el primer equipo turco de la historia en ganar la Euroleague. Como no podía ser de otra manera tratándose del gran Zeljko, lo ha logrado.
El Fenerbahce se ha hecho con la Euroleague 2016-17 después de dominar una Final Four donde sus participantes han terminado de manera inversa a lo que señalaba su clasificación en temporada regular. Los de Obradovic han logrado dos victorias incontestables.
En la semifinal ante el Real Madrid tuvo un inicio fulgurante en el primer cuarto, al que los de Laso no pudieron contestar y eso fue un lastre para todo el partido. Reaccionaron de manera tibia en el último periodo, pero ya era demasiado tarde para los blancos y Fenerbahce se plantaba en la final un año después de perder en aquella la prórroga ante el CSKA. Derrota que Zeljko y los suyos todavía no habían olvidado.
De la final ante el Olympiacos de Spanoulis y compañía, poco nuevo se puede añadir. Este partido parecía una radiografía de la semifinal. Inicio fuerte, gran acierto en ataque y una defensa dura y efectiva; y por si esto fuera poco, jaleados por un público entregado y siendo conscientes de que estaban siendo testigos de un pedazo importante de la centenaria historia de su equipo.
Ekpe Udoh ha sido el MVP de la Final Four promediando 14 puntos, 10.5 rebotes, 6 asistencias, 3.5 tapones y valorando 32.5 tantos. En la semifinal se quedó a tan sólo 2 asistencias del triple doble y en la final a 1 rebote de las dobles figuras. Pero Ekpe no está solo. Bien escoltado por Bogdanovic, el niño mimado de Obradovic ha finalizado la Euroleague en unas condiciones magníficas y tirando del equipo en todo momento. Ha promediado 15.5 puntos 5.5 rebotes para una valoración de 13.5 tantos. Otro que ha brillado a gran altura ha sido Kalinic. El alero serbio ha sido el segundo en valoración de esta Final Four con 24 tantos. Ha promediado 14.5 puntos, 5.5 rebotes, 5.5 asistencias y 2 robos de balón. El pívot checo Jan Vesely con su poderío interior ha destacado con sus 8 puntos y 8 rebotes en la final y Datome aportando en todas las estadísticas. En definitiva, el Fenerbahce ha logrado su sueño. Su anhelo más profundo, ganar una Euroleague que después de tres intentos, ya brilla para siempre en sus vitrinas.
El comandante de esta nave no podía ser otro que Zeljo Obradovic. Para él ha sido su novena Euroleague. Pero por ello, no ha sido menos importante que ninguna otra.
Este ha sido el final de su historia hasta ahora. Pero como toda historia tiene un principio.
Partizán: de jugador a entrenador
El verano de 1984, cuando un joven Zelemir Obradovic entró por la puerta principal del Pionir Hall de Belgrado, pocos podían sospechar, que este pequeño hecho iba a cambiar de manera radical la historia del KK Partizán. Allí jugo 7 temporadas ocupando la posición de base, con el que logró 1 Liga, 1 Copa y 1 Copa Korac. Durante esos años coincidió entre otros con el NBA Vlade Divac.
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Obradovic (nº10) con la plantilla del Partizan
En la temporada 1991-92 se sentó en el banquillo del Partizán como entrenador jefe de uno de los equipos más míticos del baloncesto europeo. Pero él y el equipo tenía un sueño, lograr una Euroliga -por entonces se denominaba Liga Europea- que pusiera al equipo en primera línea del baloncesto continental. Y lo logró al primer intento. Esa misma temporada 1991-92 se proclamó campeón de Europa. El caprichoso destino quiso que la Final Four de aquel año se diputara también en Estambul. El Partizán ganó la final al Joventut por 71-70 con un desenlace fatal para los de Badalona.
Joventut: la rabia convertida en motivación
El Joventut de los primeros años de los 90 vivía su temporada dorada ganando dos ligas ACB de manera consecutiva. Pero quería más. Su sueño era gobernar Europa, ser el mejor equipo del continente. Y para lograr este objetivo, se puso en contacto con Zeljko que en el año 1993 dejaba su Serbia natal para iniciar una larga trayectoria en la Euroliga.
Tan sólo un año en Badalona le fue suficiente a Obradovic para ganar su segunda Euroliga.
En aquella Final Four el Joventut era el más novato en esta serie de eventos. Llegaron a la cita de Tel Aviv, el Barcelona, Panathinaikos y Olympiacos. En la semifinal se enfrentó al equipo blaugrana y le ganó de manera holgada por 79-65. La final fue de un baloncesto más espeso, pero de todos es sabido que Obradovic no tiene ningún problema de jugar en el barro. El Joventut se llevó su primera y única Euroliga ganando al Olympiacos por 59-57. Así pudo cumplir su sueño y Obradovic ya contaba con su segunda Euroliga.
La necesidad del R. Madrid
El R. Madrid tomó buena nota de lo ocurrido en Badalona. Tan sólo en un año, Obradovic logró hacer del Joventut un equipo campeón de la Euroliga. El equipo blanco iba 14 años sin ganar la Copa de Europa. La última vez que se proclamó campeón fue la temporada 1979-80, cuando todavía se denominaba Copa de Europa. Además desde que se había instaurado la Final Four de la Euroliga, el R. Madrid tan sólo había llegado en 1993 quedando en el cuarto puesto.
Todo esto para un equipo acostumbrado a ocupar los primeros puestos tanto en liga doméstica como en Europa era muy difícil de asimilar. Obradovic ya había dejado buena muestra de su fuerte carácter competitivo y el R. Madrid en el verano de 1994 se hizo con sus servicios.
Se volvió a repetir la misma historia que en Belgrado y Badalona; Zeljko hizo del Real Madrid un equipo campeón de la Euroliga al primer intento. Esa temporada 1994-95 la Final Four se disputaría en Zaragoza y el equipo blanco se tomó esa oportunidad de jugar una Final Four en casa desde el primer segundo como algo que no se le podía escapar. Y así fue.
Obradovic se hizo con su tercera Euroliga y el R. Madrid de Sabonis, Arlauckas, Antúnez, Cargoll y compañía logró su ansiada y primera Euroliga ganando en la final a Olympiacos por 73-61.
Toda una vida en el Panathinaikos
Los números de Obradovic en la Euroleague con Panathinaikos son espectaculares. Estuvo 13 años (de 1999 hasta 2012); en los que logró 5 títulos de Euroleague ( 2000, 2002, 2007, 2009 y 2011); llegando 8 veces a la Final Four.
Su historia con Panathinaikos tuvo el mismo inicio que en los casos anteriores, logró la Euroleague al primer intento. En el año 2000 ganó su cuarta Euroleague al ganar al Maccabi en Salónica. Dos años después la Final Four se disputó en Bolonia y lo que parecía ser una fiesta para el equipo local, la Kinder de Bolonia, se convirtió en un funeral para los presentes, ya que el Panathinaikos de Obradovic se llevó la victoria.
Después de 4 años de sequía, Zeljko y los suyos volvieron a los más alto en el baloncesto europeo. Aquella edición de 2007 se disputaba en Atenas y el equipo no quería que se le escapara la oportunidad de ganar otra Euroleague, esta vez ante su afición; y así lo hizo. Ganó al CSKA en la final y Zeljko acabó con su etapa más larga sin ganar una Euroleague.
Sus dos últimas Euroleagues las logró en los años 2009 y 2011; frente a CSKA y Maccabi respectivamente.
Obradovic y Panathinaikos son dos términos con los que se hace una asociación de ideas. Zeljko con Panathinaikos ha creado una seña de identidad. Allí ha podido desarrollar todo su valor como gran entrenador. Su fuerte carácter, un juego basado en el control del juego, haciendo posesiones largas y con gran acierto, pero también es cierto que cuando toca y se puede correr o jugar a guarismos altos, no tiene ningún reparo en hacerlo.
También ha sido venerado por Gregg Popovich que ha declarado ser un amante de su juego y que en varias ocasiones, ha diseñado parte de su juego, en movimientos y estrategias del gran Zelemir Obradovic.
Pero las ganas de seguir entrenando y logrando nuevas metas es infinita para el entrenador de Cacak. Esta misma semana ya ha anunciado su nuevo reto para la próxima Euroleague: la Final Four de 2018 se celebrará en mi tierra.
El próximo año la Euroleague celebrará su final de fiesta en la capital serbia y Obradovic quiere celebrarlo con otra victoria. Además debo añadir que Fenerbahce querrá revalidar título; hazaña que tan sólo han logrado desde que se instauró la Final Four, el Maccabi los años 2004 y 2005; y el Olympiacos en 2012 y 2013.
Por lo que conocemos a Obradovic, podemos sospechar cuál es su nuevo sueño: revalidar título con Fenerbahce.